Flor de Coco es libre de fragancias
El término “fragancia” o “perfume” en un listado de ingredientes representa normalmente un mezcla compleja de docenas de químicos. De los 5,000 diferentes químicos que son usados como fragancias, solamente 1,300 han sido estudiados desde el punto de vista de su toxicidad (Bridges B, 2002).
Un estudio reciente de la Dra. Anne Steinemann de la Universidad de Melbourne, sobre las emisiones volátiles (VOCs por sus siglas en inglés) de 37 productos de limpieza comunes, de los cuales 12 son certificados “verdes” y “orgánicos”, muestra que emiten 156 componentes volátiles, no indicados en la etiqueta. Cada producto con fragancia emite un promedio de 15 componentes volátiles. De éstos 156 componentes, 42 son clasificados tóxicos o de peligro por la ley federal de los EEUU (Steinemann A 2015).
¿Cómo afectan las fragancias a los seres humanos?
Las fragancias artificiales son parte de los cinco principales alergenos conocidos, causando asma y desencadenando ataques de asma. En Inglaterra, investigadores reportaron que los perfumes son la segunda causa de alergia en pacientes de consultorios de dermatología (Erikson NE 1987).
La mayoría de éstos químicos no han sido estudiados del punto de vista tóxico, y muchos de ellos son reconocidos como irritantes causando alergias, asma, migrañas y síntomas de asma (Thyssen JP, 2009), 16% de esos químicos son cancerígenos (EWG) (Science Daily 2010).
Los tres ingredientes de las fragancias más comunes son: los fthalatos, el musk sintético y los terpenos.
Fthalatos:
Estos químicos son usados como conservadores y fijadores de fragancias. Son ingredientes plastificados clasificados como disruptores endócrinos. Son probables toxinas a nivel reproductivo ligados a defectos de nacimiento y conteo de espermas bajo en los hombres. Estos químicos han sido ligados enfermedades como el cáncer, daño de órganos y supresión del sistema inmune (EWG).
Musk sintético: Este tipo de químicos como AHTN, ketone y xylene han sido encontrados en la leche materna y en el tejido graso (Reiner JL 2007). Dos estudios de Stanford mostraron que estos químicos inhiben la capacidad del cuerpo para defenderse de toxinas (Stanford Report 2004). Además, se han encontrado acumulados a niveles considerables en los Grandes Lagos de Canadá, en los peces y sedimentos (CELA 2009).
Terpenos: Es el químico más común en los perfumes. Ellos reaccionan con el ozono en el aire y generan una gran cantidad de contaminantes como formaldehído y partículas ultra finas (Steinemann A 2015). El formaldehído es una sustancia reconocida como cancerígena por diversas agencias federales de EEUU (EWG). Las fragancias quedan depositadas en las prendas lavadas, y las miles de sustancias que se usan para crear fragancias pueden ser imposibles de eliminar.
Este tipo de químicos se quedan adheridos a la ropa y en las sábanas logrando un contacto permanente con la piel, lo cual resulta en intoxicación y provocación de diversas enfermedades, incluyendo, asma, cáncer, eczema, psoriasis, etc.
En México, la Fundación Mexicana para la Dermatología, recomienda que la personas que sufren de dermatitis atópica o dermatitis de contacto reduzcan el contacto con los químicos tóxicos en productos personales, y en particular alejarse de los detergentes convencionales, por dejar residuos en las prendas y sábanas de tipo perfumes, colorantes y abrillantadores sintéticos.
Algunos de los químicos que son permitidos bajo el nombre de perfume / fragancia son los siguientes: